El sueño dentro del sueño

Cada cierto tiempo, llega a la pantalla grande una película que nos maravilla, que nos hace pensar, que nos divierte, que nos deja boquiabiertos por su perfecta manufactura y nos hace poner toda nuestra atención en la pantalla y procurar no perdernos ni un fotograma, ese tipo de películas son, en mi opinión, las que hacen que el cine valga la pena. Una de esas películas y quizá la última en provocar todas esas reacciones y sensaciones en mi fue Inception.

Nominada a 8 premios de la Academia en 2010, perdió el premio mayor ante The King’s Speech, una buena película pero menor en todos los aspectos (quizá el único aspecto en el que verdaderamente destacó por encima de Inception fue en las dos categorías de actuación masculina y hasta ahí) y que arrasó con las estatuillas doradas en ese año. Fue una burla que Christopher Nolan no haya estado nominado a Mejor Director y que Tom Hooper se haya llevado ese premio por una dirección común y corriente, sin ningún atisbo de innovación y sin tomar ningún riesgo. También perdió inexplicablemente el premio de Mejor Guión Original frente a The King’s Speech, lo encuentro inexplicable porque el guión de Inception es una clase de como hacer un libreto vanguardista y que haga que la gente compre boletos de cine de nuevo, esto quedó comprobado al lograr la nada fácil hazaña de recaudar 825 millones de dolares a nivel mundial en una época en la que la gente está dejando de ir al cine.

Hay gente que la encontró aburrida, absurda o en exceso complicada pero a mi, en lo personal, la película me fascina. Su trama es bastante complicada pero divertida, nunca aburre, basta con poner un poco de atención para no perder el hilo y saber qué es lo que hacen estos personajes y por qué lo hacen. Me parece que está espectacularmente fotografiada (en ese rubro sí fue reconocida por la Academia y Wally Pfister se llevó a casa el Oscar) y la música también me parece muy buena y perfecta para el tono de la película. El reparto es perfecto y, si bien no hay ninguna actuación que sobresalga por encima de las demás, todos cumplen con creces sus papeles en la historia compleja que teje Chris Nolan. En un año de Oscares lleno de injusticias (que Inception y Black Swan no hayan arrasado en la premiación es, en sí, una injusticia), Inception iluminó la pantalla, nos regaló 148 minutos de cine mágico y al final, después de robarnos el aire con esa última media hora arrolladora, nos dejó literalmente preguntándonos si todo fue un sueño…

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