Argo, el cine como panfleto ideológico

Publicado originalmente editado en: http://latempestad.mx/a-proposito-de-argo

 

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Argo es la nueva cinta dirigida y actuada por Ben Affeck que le ha permitido ganarse un lugar entre los reconocidos directores de Hollywood, la cinta ha resultado exitosa no sólo en sentido monetario sino también dentro de la industria cinematográfica donde resultó la ganadora a mejor película en los Golden Globe, los BAFTA y  los Oscars.

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La cinta comienza con una leyenda que indica que lo que se está por ver no es meramente una ficción sino que está basada en hechos reales, con tal de justificar lo anterior y validar el discurso histórico se nos avientan datos del contexto para situar la historia desde un punto que sea permisible contarla. Todo se desarrolla en 1981 durante un periodo que los historiadores occidentales han terminado por titular: “Crisis de los rehenes en Irán” en donde  66 diplomáticos de EUA permanecieron presos del  gobierno entrante iraní (surgido de la revolución) a razón de que EUA había brindado apoyó al gobernante saliente Mohammad Reza Pahlavi a quién se le acusaba de haber cometido crímenes en contra del estado. Argo se centra en la historia de 6 de estos diplomáticos que  logran escapar de los tumultos y refugiarse en la embajada canadiense, el problema era cómo salir tanto de la embajada como del país sin ser descubiertos, la solución la encontró el ex agente de la CIA Tony Mendez (Ben Affleck)  al observar en la TV una escena de La batalla por el planeta de los simios (1973) donde se mostraba un escape en una zona desértica, la solución propuesta por Mendez era tan irreal y fantasiosa que resultaba una buena opción: montar una mentira y viajar a Irán como productor de cine en busca de locaciones exóticas para grabar y así poder regresar de este país con los 6 diplomáticos como si fuesen su equipo de producción, esto con la ayuda del gobierno de Canadá quien expediría pasaportes falsos para que no se descubriese su verdadera nacionalidad ya que corrían el riesgo de ser muertos en el intento de escapar.

Cierto es que Ben Affleck es bueno como  director, de hecho  mejor de lo que es actuando, especialmente en Argo asombra el cuidado al recrear escenas documentadas (nos lo hacen notar en los créditos) y la precaución en cuanto a la caracterización de los personajes, pero aunque la película es buena y se mantiene todo momento bajo  punto de tensión éste parece siempre bajo, todo se da en un solo plano emotivo que no permite cambios significativos en la historia, las mejores escenas son al principio y al final, lo demás parece transitorio y recreativo, una mera excusa que magnifica todo lo que es capaz de hacer el servicio secreto de EUA y que ya hemos visto en decenas de películas pero que esta vez tiene el respaldo histórico ya que la CIA decidió hacer del conocimiento público la existencia de esta misión (ex) secreta.

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La propaganda que la película ha tenido ha servido para especulaciones por parte de cierto público y de personajes como Mohamed Hosseini (Ministro de cultura de Irán) quienes han comentado que el filme ha ganado la estatuilla no por la calidad cinematográfica sino por la mera propaganda ideológica de la que se ha vuelto portadora[1]. Este año tres de las nominadas a mejor película y que más expectativas de ganarlo generaban eran filmes que exaltan el espíritu patriótico estadounidense desde diferentes aristas, no debe extrañar que el premio más importante lo haya entregado Michelle Obama, hecho que se puede leer como un acto simbólico de respaldo ante una de las figuras (anti) heroicas que este país ha construido desde tiempo atrás: el agente secreto. Ir a favor de Lincoln (2012)  hubiera significado conflictos con ese sector aún existente en EUA de derecha extrema con tufos racistas; ir a favor de  Zero Dark Thirty (2012) hubiese significado abrir debates internacionales sobre las prácticas de tortura en las guerras… Argo era el punto medio dónde los valores podían quedar dignificados: el enemigo es el otro de fuera y yo EUA soy la policía internacional que hace lo imposible posible.

Estados Unidos lleva tiempo justificando sus políticas ideológicas a través del cine donde se nos ha bombardeado con  varias cintas catastróficas que auguran el fin de la civilización pero donde siempre termina de pie el espíritu democrático que sostiene a EUA (Deep Impact, 1998), películas de superhéroes que nos rescatan del enemigo que viene de fuera (The Avengers, 2012) y cintas como la también ganadora del Oscar The Hurt Locker (2008)  o Zero Dark Thirthy  que buscan exaltar el papel del soldado o detective que va a la guerra en busca del terrorista que quiere destruir nuestro estilo de vida, el cine de Hollywood se ha vuelto tan panfleto que pareciera estar cada vez más distante de aquel cine artístico que te causa una experiencia estética, y aunque existe el otro discurso revestido como meta-crítica de cine y que aboga porque Argo no debe leerse como una justificación ideológica parece que esto es un acto de inocencia y de falta de criticismo ante algo que resulta evidente.

En Argo se cita una frase de Marx que bien nos sirve para entender lo que se ve en la pantalla en comparación con lo sucedido históricamente hablando: “Primero como tragedia luego como farsa” (First as tragedy, then as  farse). Es seguro que la situación que se vivió (vive) en Irán ha sido escabrosa a comparación de nuestros marcos diferenciales de vida, no obstante no es una película que deje ver  a profundidad los sucesos de aquel entonces  (como lo qué sucedió con el resto de los diplomáticos que permanecieron atrapados 444 días) ni que haga una crítica hacia el porqué había tantos diplomáticos de EUA en aquel Irán de 1981.

4 Respuestas a “Argo, el cine como panfleto ideológico

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