Una mirada al interior de Francis Underwood

Sobre la segunda temporada de House Of Cards

Por Alejandro Wolff Rebolledo

Frank and Claire Underwood

Frank and Claire Underwood

Algunos, como yo, habrán esperado más, otros menos. De cualquier modo, la espera terminó. La segunda temporada de House of Cards ya está disponible en Netflix.

La primera parte de House Of Cards estuvo llena de emociones. La serie que gusta de exponer la política en su versión más personal y cruda desde la perspectiva de un ambicioso congresista, y sin alejarla de la realidad, presenta una segunda temporada con mayor dosis de crueldad. En ésta, nos volvemos observadores de la frialdad con la que Francis Underwood y su esposa Claire, utilizan a todo aquel que no sea ellos dos. Su único interés, es la búsqueda conjunta por el poder (un ascenso en la carrera política del Sr. Underwood es también una promoción para la esposa).

La serie está atravesada por una premisa maquiavélica y utilitarista: el fin justifica los medios. La pareja Underwood piensa sus acciones de manera estratégica, y ahí la moral es dejada a un lado. Todos los esfuerzos de este par están dirigidos a ser los más poderosos de EEUU (y tal vez del mundo entero). Esta lógica los lleva a cometer una serie de actos crueles que suelen sorprender al espectador mientras ve la serie. Probablemente los eventos más aterradores son los homicidios cometidos por Francis, los cuales son sobre todo rápidos, eficientes y brindan espontaneidad a los ojos del espectador.

House of Cards sigue siendo excelente (igual que la primera temporada) hablando desde la calidad del ámbito artístico. Destacan sus planos llenos de limpieza, la mayoría con poca profundidad de campo. Los colores son grises, negros, blancos y tonos pastel que generan una sensación pasiva en el exterior, permitiendo que la tensión se genere de manera psicológica dentro de los personajes.

En las dos temporadas hay un ritmo constante en la trama, pero eso no evita que nos quedemos pegados a la pantalla durante toda la temporada. Es decir, si bien la serie no genera emociones cambiantes durante su transcurrir, de la forma que otros shows televisivos lo hacen con excesos de plot points, ésta tiene una narrativa que te deja en un estado constante de atención, sujeto a la trama.

En esta temporada vemos a los Underwood temblar como nunca antes, pero eso no los detiene. Su ascenso parece un lúdico juego de ajedrez que parece fácil, como observar a un deportista profesional que simula sencillez en sus acciones. Detrás de esa sublime apariencia, House of Cards presenta un relato lleno de sudor, desvelos, manipulación, amenazas, aventuras sexuales y crímenes despiadados. Todo ejecutado impecablemente.

El primero de febrero del 2013, día en que salió la primer temporada, abrí -coincidentemente­­­­­- Netflix y di click en la serie. Esta vez no fue la excepción. Ahora, junto con muchos otros, me voy sumando a la espera del 2015 para la nueva temporada. De momento, me limito a expresar mis ideas sobre la temporada más reciente, que resumidamente: me ha dejado ansioso por ver más.

Con el riesgo de ser expuesto, con muchos enemigos dentro de la White House y con una imagen pública no tan impecable, Francis y Claire Underwood van por todo o nada en esta próxima temporada.

HOC season 2

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