De superhéroes y vergüenza…

La dualidad es una de las cosas que hacen del cine un imprescindible para mi. La magia del cine hace que una misma ciudad puede verse desde dos ópticas diametralmente opuestas y ambas son reveladoras. Manhattan ha sido siempre una ciudad que levanta pasiones y que ha sido usada por incontables cineastas como telón de fondo de sus historias, siendo el más famoso Woody Allen quien incluso nombró a una de sus películas más celebres ‘Manhattan’. Actualmente, hay dos películas que la usan como locación (una de forma total y la otra de forma parcial) y que me pusieron a pensar la forma en la que esta ciudad influyó en esas dos películas y en como estas se relacionan.

The Avengers es una película reciente, quizá han escuchado hablar de ella. Es una discreta producción que junta por fin a todos los personajes que Marvel lleva ya algunos años mostrándonos en la pantalla grande y cuyo clímax se desarrolla precisamente en Manhattan. En lo personal, a mi la película me encantó, me parece el pináculo de las películas de superhéroes, es totalmente distinta a, por ejemplo, la saga de Batman de Chris Nolan. Mientras Nolan hizo películas excelentes pero sin color, ambientadas en una ciudad sórdida y gris, Joss Whedon hace de The Avengers un cómic a 24 cuadros por segundo, lleno de color, con la dosis precisa de humor y personajes que ya conocíamos desde antes pero que adquieren una vitalidad renovada y una dimensión no revelada hasta ahora. Los que habían seguido la consecución de películas de Marvel pensaron que The Avengers iba a ser simplemente Tony Stark/Iron Man y compañía ya que estas películas fueron las más redituables y se podría argumentar que las mejores. Lejos de eso, Whedon y compañía hicieron un increíble acto de equilibrismo digno de los mejores circos del mundo, le dieron a cada personaje su justo valor y dimensión, los desarrollaron más a fondo y nos mostraron sus debilidades y su dificultad a la hora de trabajar en equipo para intentar salvar al planeta. Ya se conocía que Robert Downey Jr/Tony Stark es la definición de un casting perfecto pero, en mi opinión, esta película tuvo dos actuaciones sobresalientes: Tom Hiddleston como el villano Loki y Mark Ruffalo como Bruce Banner/Hulk. Hiddleston ya había aparecido en Thor y ahí dejó ver su potencial como un villano excelente, aquí florece en un personaje que no muchos conocíamos y que más de uno desdeñó como un villano menor para una película tan grande como esta pero definitivamente le calló la boca a los que pensaron (o, mejor dicho, pensamos) eso cuando se anunció que el sería el antagonista principal, su habilidad de ir de encantador a atemorizante en un segundo es asombrosa. Ruffalo le dio al clavo, ahora sí, al personaje de Banner y de Hulk, después de dos fácilmente olvidables trabajos de Eric Bana y Edward Norton, Mark Ruffalo finalmente entendió el personaje, lo hizo suyo e hizo algo no muy fácil y digno de reconocerse, sobresalió en una película llena de nombres y caras familiares y entrañables.

La otra película que se desarrolla en su totalidad en Manhattan es Shame, dirigida por Steve McQueen y protagonizada por Michael Fassbender y Carey Mulligan. Es una película que no podría ser más diferente a The Avengers, la dirección es discreta, la paleta de colores que se usó al filmarla es fría y es un intimista estudio de la adicción sexual. La actuación de Fassbender es verdaderamente sobresaliente, el que lo hayan dejado fuera de competición por un Oscar me parece un robo en despoblado pero bueno, los Oscares nos tienen tristemente acostumbrados a este tipo de cosas. La dirección me pareció excelente, contar la historia de un adicto al sexo no es fácil y se podría caer fácilmente en el erotismo barato pero McQueen lo hace con una facilidad pasmosa, nunca permite que decaiga el ritmo de la película, es provocadora pero sin caer en lo vulgar y el guión es inteligente y conmovedor. La música y la ciudad de Manhattan son dos personajes más  y, sin esos dos elementos tan bien logrados, no sería lo buena película que es.

Hay veces que pierdo fe en el cine y en la industria (cuando veo en la cartelera cosas como Espejito, Espejito) pero después de ver The Avengers o Shame, esa fe regresa renovada y con brío. The Avengers es ese tipo de película rarísimo (como Avatar, Harry Potter o Star Wars) que te pone a soñar y a desear que tú pudieras vivir en ese mundo, que tú pudieras convivir con esos personajes y ser parte de esa historia y Shame me demuestra lo bien que se puede contar la historia de un tema tan controversial  y tabú como la adicción al sexo y el entorno de quien la padece y también me demostró que, aún relatando una historia acerca de algo tan duro y crudo como la adicción sexual, a esa historia se le puede dar un final increíblemente sencillo pero esperanzador.

Una respuesta a “De superhéroes y vergüenza…

  1. Ponerse en manos de Joss Whedon fue un gran acierto de los productores. Su experiencia en la serie de TV «Buffy, the vampire slayer», manteniendo con magistral destreza el equilibrio de un heterogéneo grupo de heroinas y héroes, inyectando humor en dosis precisas y transitando de emoción a emoción como si compusiera una bella sinfonía e incorporando elementos de la cultura pop, guiños que hacen sentir al espectador que se le está «hablando en su idioma». Todas estas virtudes redituaron con creces. De hecho me atrevo a creer que la mano de Whedon tuvo mucho que ver en la calidad de las actuaciones. No será casualidad que todos los actores se hayan superado en esta cinta (en comparación sólo con las interpretaciones anteriores de los mismos personajes).

    De lo que no estoy tan seguro es del logro visual. Yo diría que los fuertes de Whedon son su concepción de los personajes (sólida, multidimensional, profunda), sus diálogos (ingeniosos, verosímiles y sorprendentes a la vez, inteligentes) y dándole consistencia a todo, un gran talento creativo-narrativo. Con respecto a «Buffy», Whedon decía: «no me interesa hacer una serie que muchos quieran ver, lo que quiero es hacer una serie que algunos necesiten ver». Sin embargo no soy entusiasta de su propuesta visual.

    Creo que voy a disfrutar mucho este blog y tal vez esté comentando frecuentemente. Por supuesto, no coincidiré contigo siempre (como en eso de Avatar) pero seguro la retroalimentación mutua no caerá mal.

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