Fragmento de «Esculpir el tiempo»

Este fragmento lo subí hace tiempo a otro blog que tengo con unos amigos (arrancahojas.blogspot.com)

¿Libertad?

La gente deja de sentir necesidad de lo bello o lo espiritual y se pone a consumir películas como si fuesen botellas de Coca-Cola.
    El contacto entre el director y el público, es específico y característico del cine, en el sentido de que éste transmite a través de la película impresa una experiencia absolutamente libre en términos afectivos y emotivos y, por lo mismo, esa experiencia se hace más convincente. El espectador siente necesidad de esa experiencia delegada, para resarcir en parte aquello que ha perdido, o se ha perdido, de la vida, esto es, como una «busca del tiempo perdido». Y qué tan importante en términos humanos pueda ser esta nueva experiencia adquirida, depende únicamente del director: una grave responsabilidad.
    Por lo mismo encuentro muy difícil entender que un artista hable de una libertad creativa absoluta. No entiendo a qué se refieren cuando hablan de ese tipo de libertad, ya que me parece que si uno ha escogido como oficio el arte, uno se encuentra encadenado por innumerables necesidades, así como por los objetivos que uno a sí mismo se puso y por su propia vocación artística.
    Todo se encuentra condicionado por uno u otro tipo de necesidad, y si fuese realmente posible encontrar a una persona absolutamente libre, ésta parecería igual a un pez de aguas profundas que tuviese que vivir en la superficie. Es curioso pensar en que el inspirado Rubliov tuvo que trabajar dentro de la estrechez de un canon, y mientras más tiempo he vivido en Occidente, más extraña y equívoca me parece la libertad. ¿Libertad para drogarse, para matar, para suicidarse?
    Para ser libre, uno simplemente tiene que serlo: sin pedir permiso a nadie. Uno debe tener su propia hipótesis acerca de lo que uno está llamado a hacer, y seguirla, sin ceder o condescender con las circunstancias. Pero ese tipo de libertad exige que se tenga una extraordinaria fuerza interior y que se sea extraordinariamente consciente de sí y de su responsabilidad para con uno mismo, es decir, para con los demás.
    La tragedia, por desgracia, es que no sabemos ser libres: exigimos libertad para nosotros mismos a expensas de los demás y no queremos en razón de los otros renunciar a nada que sea nuestro, ya que esto sería una intrusión en nuestros derechos y libertades individuales. Todos estamos infectados actualmente de un extraordinario egoísmo –y eso no es la libertad. La libertad significa aprender a exigirse a uno mismo, no a la vida o a los demás, y el saber cómo dar: sacrificarse, pues, en nombre del amor.
    No quiero que se me malinterprete: de lo que estoy hablando es de la libertad en un sentido moral y último. No quiero polemizar o poner en entredicho los incuestionables valores y logros de las democracias europeas. Pero la condición de estas democracias no hace sino recalcar el problema del vacío espiritual y la soledad del hombre. Creo que en su lucha por las libertades políticas –por importantes que éstas sean– el hombre moderno ha perdido de vista aquella otra libertad de la que se ha gozado en otras épocas: la de ser capaz de sacrificarse uno mismo en nombre de la sociedad y los tiempos en que a uno le tocó vivir.
Esculpir el tiempo, Andrei Tarkovski

2 Respuestas a “Fragmento de «Esculpir el tiempo»

  1. Saludos. Permíteme que desarrolle un poco. Yo he encontrado pertinente la idea de Niklas Luhmann del observador que observa mediante diferencias. Como en una moneda, mientras observa una cara, la otra queda implícita. Así, mientras uno emplea un concepto, se vale tácitamente de otro del cual se distingue: no es lo mismo pensar en maduro vs. infantil que en maduro vs. informal, el primer modo remite a madurez física y/o de carácter, el segundo remite a la responsabilidad asumida.

    De este modo, la manera más evidente de concebir la libertad es como libertad vs. ser-coartado. Pero tú llamas la atención hacia otra novión de libertad, hacia otro aspecto de ella. Si entiendo bien sería algo así como la libertad vs. pertenencia, sólo que me parece que hubieras etiquetado los lados al revés. La libertad como egoísmo a ultranza no permite identificarse con nada ni con nadie. Le impide al individuo ser conmovido por otras causas que no sean la suya. No puede pertenecer a ningún grupo porque eso implicaría ataduras. Y entonces hablas otra vez de la libertad como opuesta al ser-coartado, y muestras que esa otra libertad anula la posibilidad de elegir las causas de los demás, sacrificarse por ellas si fuera necesario. Así que privilegias esa libertad entendida como libertad de elección e invitas a que elijamos la pertenencia.

    Yo estoy de acuerdo.

    @PaideiaSofista

  2. Compadre, creo que estamos ante una gran confusión: este texto no lo escribí yo, es de el cineasta ruso Andrei Tarkovski y viene en su libro «Esculpir el tiempo», el cual recomiendo mucho si tienes interés no sólo en el cine, sino en el arte en general.

    También te paso mi Twitter: @rareac y gracias por tu comentario

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