¿Cómo filma Michael Haneke?

Para un servidor, Michael Haneke es el último grande del cine. Hace algunos años todos me tiraban a loco, pero después de numerosos premios internacionales (incluídas dos Palmas de Oro en Cannes, algo que sólo habían logrado Coppola y Kusturica) y un reconocimiento casi unánime de la crítica, ya nadie puede negar que estamos ante un cineasta sin igual. A excepción de la fallida «Time of the Wolf», toda la filmografía de Haneke es impresionante y digna de verse, no hay desperdicio alguno. El director austriaco-alemán trabajó muchos años en televisión y teatro, y fue hasta los 47 años que debutó en el mundo del cine con la notable «El séptimo continente» (1989); podríamos decir que ya conocía muy bien el medio, se aprecia madurez y formalidad desde su primer film.

Sin duda lo más interesante de Haneke es su manera tan particular de dirigir sus películas: en ella no se deja nada al azar, todo está perfectamente planeado y medido. A diferencia de muchísimos cineastas, Haneke no deja cosas a la improvisación o a la inspiración repentina, prefiere trabajar minuciosamente sus proyectos antes de filmar, desde la escritura del guión hasta sus obligados Storyboards. Se agradece que en estos tiempos donde la moda parece filmar en exceso para después sacar «una obra maestra» en la edición, todavía haya directores convencidos de que el verdadero arte está en el trabajo de guión, como siempre recordaba el buen Hitchcock. En los «Making of» o «Behind the scenes» generalmente vemos a un Haneke colérico y regañando a su crew: las cosas tiene que hacerse como él las tiene en la cabeza, cualquier mínimo cambio o descuido es inconcebible.

Está forma tan rigida de dirigir se siente a la hora de revisar sus películas. «Funny games» no podría haberse hecho de otra manera: cada pequeño detalle es importante, el guión es muy preciso al igual que la interpretación de los actores, y sin duda ningún elemento está ahí por accidente o error. Los actores que han trabajado con los hermanos Coen mencionan que trabajar con ellos implica aprenderse el guión al pie de la letra aunque parezca que haya «errores» o cosas sin sentido, y con Haneke es igual.

Comparto un documental de 50 minutos sobre la vida de este gran director. En él se cuenta un poco de su biografía alternándola con escenas importantes de sus películas, hay entrevistas con varios de sus actores recurrentes y por supuesto con el propio Haneke. Además de ver su forma de trabajar, es interesante conocer la forma tan poética de ver la vida de un cineasta que suele provocar que el espectador quiera dejar de ver lo que está en pantalla; uno de los actores principales de «The white ribbon» confiesa que fue a ver al cine «Funny games» y tuvo que abandonar la sala porque no aguantaba lo que estaba viendo, y Haneke le dijo que probablemente él hubiera hecho lo mismo.

En unos años cuando revisemos listas de los mejores cineastas de la historia, veremos a los de siempre (Chaplin, Buñuel, Wilder, Truffaut, Scorsese, Kubrick, Tarkovski, Lynch, etc.) y al nuevo miembro del olimpo llamado Michael Haneke.

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